La dictadura venezolana amenaza con suspender la recepción de migrantes deportados desde EE.UU. tras la revocación de la licencia de Chevron por parte de la administración Trump, poniendo en jaque un reciente acuerdo migratorio y agravando las tensiones económicas y políticas entre ambos países.

08/03/2025
Caracas, Venezuela – Según un artículo del Wall Street Journal, el gobierno de Venezuela ha advertido en privado que podría dejar de aceptar migrantes deportados desde Estados Unidos. Esta advertencia llega después de que la administración estadounidense revocara la licencia de Chevron para operar en el país sudamericano, una decisión que está destinada a aumentar la presión económica sobre el régimen de Nicolás Maduro.
Un acuerdo en riesgo
A principios de febrero, Trump anunció con entusiasmo un acuerdo logrado entre un enviado especial de su administración y Maduro, según el cual Venezuela aceptaría el retorno de decenas de miles de migrantes que habían huido de la crisis económica y la represión política. Se trataba de un logro importante para la estrategia de deportaciones de Trump, ya que los venezolanos conforman uno de los grupos de migrantes indocumentados más grandes en EE.UU., y hasta ese momento, Maduro se había negado a recibirlos.
Sin embargo, casi de inmediato comenzaron a surgir señales de que el acuerdo podría desmoronarse. Mientras algunos aliados de Trump promueven un enfoque pragmático para negociar con el régimen de Maduro, otros sectores, en especial legisladores republicanos de Florida, presionaban para tomar una postura más dura contra el gobierno venezolano.
Aunque Caracas aceptó inicialmente a unos 360 migrantes deportados, los vuelos de repatriación se detuvieron el 20 de febrero, y la reciente medida de revocar la licencia de Chevron ha puesto en duda la continuidad del acuerdo. Según analistas, esta decisión podría agravar la crisis económica en Venezuela y generar una nueva ola de migrantes que intenten ingresar a EE.UU.
Impacto económico y político

El fin de las operaciones de Chevron en Venezuela podría significar una pérdida de más de 3 mil millones de dólares anuales para la ya debilitada economía venezolana. La compañía estadounidense representa aproximadamente el 25% de la producción petrolera del país, y sus ingresos han sido cruciales para mantener la estabilidad del bolívar.
La cancelación de la licencia también ha generado incertidumbre en Washington sobre la dirección futura de la política estadounidense hacia Venezuela. Mientras la administración de Joe Biden usó licencias petroleras como herramienta de presión diplomática para lograr avances democráticos en el país sudamericano, la postura de Trump parece estar centrada en acelerar la deportación de migrantes sin considerar el impacto económico o político de sus decisiones.
Por otro lado, el régimen de Maduro podría usar la cancelación de la licencia como justificación para bloquear futuras deportaciones y culpar a EE.UU. de la crisis económica, consolidando su discurso contra las sanciones internacionales.
Tensiones dentro del gobierno de Trump
Dentro del entorno de Trump existen diferencias sobre cómo manejar la relación con Venezuela. Algunos de sus asesores consideran que permitir negocios con el régimen podría generar beneficios estratégicos para empresas estadounidenses y evitar que China y Rusia refuercen su influencia en el país sudamericano. Otros, especialmente republicanos de Florida como el Secretario de Estado, Marco Rubio, han abogado por una política de aislamiento total para forzar la salida de Maduro del poder.

La revocación de la licencia de Chevron coincidió con una serie de movimientos políticos dentro del Congreso, así como de exiliados venezolanos en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington el mes pasado , en los que un grupo presionó para que Trump tomara una postura más radical contra Venezuela. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, esta presión fue determinante en la decisión de la administración.
Consecuencias para los migrantes venezolanos
Mientras la incertidumbre crece en la relación bilateral, los migrantes venezolanos en EE.UU. podrían verse atrapados en un limbo legal. La negativa de Venezuela a aceptar deportados podría significar que cientos o miles de personas permanezcan en centros de detención migratoria por tiempo indefinido. Además, las cortes estadounidenses han bloqueado temporalmente la transferencia de detenidos venezolanos a la base naval de Guantánamo, lo que complica aún más la situación.
Expertos en política migratoria advierten que las nuevas sanciones podrían impulsar aún más la migración venezolana, generando una mayor crisis humanitaria en la región. Con más de ocho millones de venezolanos que han abandonado el país en los últimos 12 años, el escenario podría volverse más crítico en los próximos meses.