El presidente Donald Trump anunció un acuerdo comercial “completo” con el Reino Unido, marcando el primer gran avance en su segunda presidencia tras años de tensiones arancelarias. El pacto es visto como un gesto de reconciliación y de fortalecimiento estratégico entre ambos países aliados.
Washington D. C./ Londres. 8 de mayo de 2025.
En un giro que sorprende a mercados y analistas por igual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves un acuerdo comercial con el Reino Unido que implica la reducción de aranceles sobre determinados productos, en lo que constituye el primer pacto bilateral de su segundo mandato.
El anuncio fue realizado inicialmente a través de Truth Social, la plataforma de comunicación oficial del mandatario republicano, y se confirmó posteriormente mediante una videollamada con el primer ministro británico Keir Starmer, en una escena que buscó reflejar la sintonía política entre ambas potencias.
“Este acuerdo sella la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido para muchos años por venir. Es un gran honor tener a nuestros amigos británicos como nuestros primeros socios en este nuevo ciclo de tratados”, expresó Trump desde la Oficina Oval, donde dará más detalles en conferencia de prensa.
Desde Londres, Starmer calificó el día como “histórico” y destacó que el entendimiento es un homenaje a los lazos históricos entre ambas naciones. “Es un tributo a la historia que tenemos trabajando juntos”, declaró el primer ministro británico, quien ha cultivado activamente una relación pragmática con la Casa Blanca desde su llegada al poder.
Aunque no se han publicado aún los términos específicos del tratado, se espera que contemple una disminución de los aranceles británicos sobre autos y productos agrícolas estadounidenses, además de una posible eliminación de los impuestos sobre empresas tecnológicas de EE.UU. que operan en suelo británico. Sin embargo, expertos en comercio advirtieron que podría tratarse de un “acuerdo marco” inicial y no un tratado integral en el sentido tradicional.
“Creemos que es más una hoja de ruta para las negociaciones que un acuerdo finalizado”, explicó Timothy C. Brightbill, abogado especializado en comercio internacional. “Los temas más sensibles, como tarifas, barreras no arancelarias y comercio digital, aún deben resolverse”, agregó.
El contexto de esta negociación es particularmente relevante. Durante su segundo mandato, Trump aplicó aranceles a docenas de socios comerciales, provocando tensiones globales. Aunque pausó esas tarifas por 90 días para abrir negociaciones, mantuvo un arancel global del 10% sobre importaciones, incluido el Reino Unido. Además, el país europeo continúa afectado por un gravamen del 25% sobre el acero, el aluminio y los automóviles.
A diferencia de otros socios, el Reino Unido no fue blanco de aranceles “recíprocos” más altos, debido a que su balanza comercial con EE.UU. es favorable para los estadounidenses. Esta diferencia estratégica allanó el camino para el acuerdo actual.
Desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Londres ha buscado reforzar su presencia comercial global mediante acuerdos bilaterales. Aunque durante la presidencia de Biden se intentaron avances en este frente, las conversaciones no prosperaron. Starmer, al frente de un nuevo gobierno británico, ha apostado por relanzar los vínculos con EE.UU. como prioridad diplomática.
Medios como The Guardian y CNN coincidieron en que el pacto representa un gesto de distensión tras años de roces y una señal de que Washington está dispuesto a flexibilizar su enfoque proteccionista, al menos con aliados clave.
Mientras tanto, Trump mantiene negociaciones paralelas con países como India, Japón, Vietnam, Corea del Sur e Israel, en lo que parece ser una nueva fase estratégica de su política comercial. No obstante, en declaraciones recientes, el presidente dejó en claro su postura: “No necesitamos firmar acuerdos, ellos necesitan firmarlos con nosotros”, dijo en tono desafiante.
Este acuerdo con Reino Unido, sin embargo, sugiere que la estrategia podría estar cambiando.
Las próximas semanas serán determinantes para conocer el verdadero alcance de esta alianza comercial, su implementación efectiva y el impacto que tendrá tanto en la política internacional como en los mercados financieros globales.
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