En una decisión que marca un cambio significativo en su política exterior, Panamá reafirmó su alianza estratégica con Estados Unidos y tomó distancia de China, alejándose de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la seda. El anuncio fue realizado tras una reunión bilateral entre el presidente panameño José Raúl Mulino y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, en el Palacio de las Garzas.


09/04/2025
Ciudad de Panamá, Panamá – Durante el encuentro, ambos gobiernos se comprometieron a fortalecer la cooperación en materia de seguridad y defensa, incluyendo la reactivación del ejercicio militar conjunto PANAMAX 2026, enfocado en la defensa del Canal de Panamá. También se acordó reforzar la colaboración para enfrentar la creciente crisis migratoria en la región del Darién, donde miles de migrantes cruzan cada mes en condiciones extremas.
Además, se anunció un nuevo marco de cooperación para garantizar el paso expedito de buques de guerra y embarcaciones auxiliares estadounidenses por el Canal, en cumplimiento del Tratado de Neutralidad. “Nuestros dos países deben abordar hombro a hombro los desafíos de seguridad compartidos”, afirmaron Mulino y Hegseth en un comunicado conjunto.
Seguridad, cooperación y asistencia económica
En ese mismo sentido, se revitalizará el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, con el objetivo de avanzar en áreas como la ciberseguridad y la planificación estratégica conjunta. Washington también destacó su aporte económico a Panamá, con más de 230 millones de dólares en asistencia en los últimos cinco años.
Uno de los anuncios más relevantes fue la decisión del gobierno panameño de abandonar la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el ambicioso proyecto global de infraestructura impulsado por China. Según Hegseth, Panamá se convierte en el primer país del hemisferio occidental en rechazar formalmente esta iniciativa, lo que representa un revés para la influencia china en la región.
“La presencia de China en ciertas áreas ha sido problemática”, señaló el funcionario estadounidense. “Panamá da hoy un paso valiente y estratégico que fortalece la soberanía regional y reafirma su papel como aliado clave de Estados Unidos”.
Tensión con China y desafíos geopolíticos
La reacción del gobierno chino no se hizo esperar. A través de su embajada en Panamá, Beijing calificó las declaraciones de Hegseth como “irresponsables y sin fundamento”, negando cualquier intento de interferencia en el Canal de Panamá. “China nunca ha participado en la gestión ni la operación del Canal”, subrayó el portavoz, asegurando que su país siempre ha respetado la soberanía panameña.

El comunicado chino fue más allá, acusando a Estados Unidos de “intimidación” y de impulsar una campaña geopolítica para desacreditar a Beijing. “La llamada ‘teoría de la amenaza china’ es una narrativa sin base, que solo revela las intenciones hegemónicas de Washington”, expresó el texto, que concluyó con un llamado a EE. UU. a cesar su “actitud abusiva” hacia Panamá y otros países en desarrollo.
La decisión de Mulino también responde a factores económicos y climáticos. Con el tránsito por el Canal de Panamá afectado por una prolongada sequía, ambos gobiernos anunciaron la búsqueda de un mecanismo que compense el pago de peajes y reduzca el impacto financiero del tránsito marítimo. La medida busca proteger la sostenibilidad de la vía interoceánica, vital para el comercio global.
Este giro diplomático marca un cambio en el equilibrio de poder en el istmo centroamericano. Mientras Estados Unidos refuerza su presencia y afianza sus vínculos con el gobierno panameño, China lanza advertencias sobre los riesgos de una confrontación alimentada por intereses externos. En medio de este nuevo tablero geopolítico, Panamá se posiciona como un actor estratégico en el continente y reafirma su papel como guardián del canal más importante del hemisferio.