Violentas manifestaciones en Los Ángeles derivaron en destrozo de materiales y saqueos, dejando negocios y calles en caos tras protestas por operaciones migratorias.
10 de junio de 2025
Los Ángeles, Estados Unidos — | El Pulso Online
Las manifestaciones en Los Ángeles escalaron el 9 de junio de 2025, con destrozo de materiales y saqueos que dejaron negocios destruidos y un saldo de 42 arrestos, en respuesta a recientes operaciones migratorias.
Escenas de Caos: Destrozo y Saqueos en las Calles
El 9 de junio de 2025, protestas en Los Ángeles contra las operaciones migratorias del gobierno federal se tornaron violentas, especialmente en el distrito de Westlake, el centro, y South L.A.. Manifestantes derribaron barricadas, incendiaron cinco autos de Waymo, y saquearon negocios a lo largo de Broadway, entre las calles 3ra y 7ma. Entre los afectados se cuentan tiendas de Jordan Studio 23, Adidas, y un local de T-Mobile, cuyos escaparates fueron destrozados con piedras y martillos. El destrozo de materiales incluyó señalización pública y contenedores de basura volcados, mientras el humo de los incendios llenaba las calles, generando un clima de pánico entre los residentes.
Contexto de las Protestas: Operaciones Migratorias en el Foco
Las manifestaciones estallaron tras las operaciones migratorias del 6 de junio, que incluyeron redadas en el distrito de Westlake, downtown, y South L.A., enfocadas en la deportación de inmigrantes indocumentados. La decisión del presidente Donald Trump de desplegar tropas de la Guardia Nacional para apoyar a ICE desató indignación, llevando a miles a las calles el 9 de junio. La declaración de alerta de asamblea ilegal por parte del LAPD en áreas como Alameda Street, Los Angeles Street, y la 101 Freeway no contuvo los disturbios, que incluyeron enfrentamientos con la policía y el uso de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Impacto en la Ciudad: Negocios y Comunidad Afectados
El saldo de los disturbios incluye 42 arrestos, con cargos que van desde saqueo y asalto a oficiales hasta intento de homicidio. Cinco vehículos de Waymo fueron incendiados en el centro, y los negocios saqueados enfrentan pérdidas millonarias, con escaparates rotos y mercancía robada. Los residentes del área reportan un clima de inseguridad, mientras equipos de limpieza intentan reparar el daño a la infraestructura pública, como postes de luz y señalización vial. Comerciantes locales, especialmente en Broadway, temen que los disturbios afecten la temporada de ventas de verano, ya golpeada por la incertidumbre económica.
🇺🇸 | PROTESTAS EN LOS ÁNGELES: La policía detiene a personas que saqueaban una tienda de la ciudad. pic.twitter.com/j1It163R21
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) June 10, 2025
Antecedentes: Un Patrón de Violencia
Los eventos del 9 de junio recuerdan los disturbios de 1992 en Los Ángeles, cuando protestas por el caso Rodney King derivaron en saqueos y enfrentamientos con la policía. Más recientemente, en mayo de 2020, las protestas por el asesinato de George Floyd también dejaron destrozos en la ciudad. Este patrón sugiere que las tensiones raciales y migratorias, combinadas con la presencia militar, pueden desencadenar violencia, especialmente en comunidades como South Central, donde la población es mayoritariamente afroamericana e hispana.
Reacciones: Autoridades y Ciudadanos en Disputa
El sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, afirmó que las fuerzas del orden están trabajando para “restaurar el orden”, pero reconoció que “algunos aprovecharon las protestas para delinquir”. Organizaciones de derechos humanos exigen la retirada de la Guardia Nacional, argumentando que su presencia exacerba las tensiones. En X, usuarios denuncian el uso excesivo de la fuerza policial, mientras otros piden sanciones contra los responsables de los saqueos, reflejando una comunidad dividida entre apoyo a los inmigrantes y rechazo a la violencia.
Una Ciudad en Crisis: ¿Qué Sigue?
Los disturbios del 9 de junio en Los Ángeles exponen las profundas divisiones sociales y la fragilidad de la estabilidad pública tras las operaciones migratorias. Mientras las autoridades lidian con las consecuencias, la ciudad enfrenta el desafío de reconstruir no solo los negocios y las calles, sino también la confianza de una población afectada por el destrozo y los saqueos.
