Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice americano y jesuita, deja un legado de humildad y cambio tras su fallecimiento en Roma a los 88 años

22/02/2025
El Vaticano – El 21 de abril de 2025, a las 7:35 de la mañana (hora de Roma, CET), el papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, falleció en su residencia en la Casa Santa Marta debido a un ictus cerebral que derivó en un coma y un colapso cardiocirculatorio irreversible, según el certificado de defunción emitido por la Santa Sede. Su muerte, confirmada por fuentes vaticanas, pone fin a un pontificado de más de 12 años (2013-2025) caracterizado por la simplicidad, la empatía hacia los marginados y un llamado constante a la acción frente a las crisis globales, como la pobreza, el cambio climático y los conflictos.
El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Romana Iglesia, anunció oficialmente el deceso el mismo día, declarando: «Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco». El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, participará en los ritos fúnebres, mientras el periodo de luto, conocido como Novendiale, ha comenzado.
El toque de difuntos resonó desde las campanas de la Basílica de San Pedro, un sonido grave y pausado que llenó la mañana romana, mientras el mundo católico, con sus 1.400 millones de fieles, comienza a despedir al «Papa del pueblo». El cuerpo de Francisco será trasladado a la Basílica de San Pedro el 23 de abril para que los fieles le rindan homenaje, vestido con sencillas vestimentas papales y colocado en un ataúd de madera, según sus deseos de una ceremonia sin ostentación. El rito de constatación de la muerte, presidido por el cardenal Farrell, tendrá lugar el 21 de abril a las 20:00 en la capilla de la Casa Santa Marta, siguiendo las disposiciones del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis revisado por Francisco en 2024.
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De Buenos Aires al Vaticano: una vida de servicio
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, hijo de inmigrantes italianos. A los 21 años, una grave infección pulmonar lo llevó a perder parte de su pulmón derecho, un episodio que marcó su vida pero no su espíritu incansable. Ordenado sacerdote jesuita en 1969, fue superior provincial de los jesuitas en Argentina entre 1973 y 1979, durante la dictadura militar, un periodo que él mismo describió como complejo. En 1998 se convirtió en arzobispo de Buenos Aires y en 2001 fue nombrado cardenal por Juan Pablo II.
El 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio fue elegido papa en un cónclave excepcionalmente breve, asumiendo el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís. Su primera aparición en el balcón de San Pedro, saludando con un simple «Buona sera» y pidiendo oraciones por él, marcó el tono de un papado cercano y austero. Rechazó los lujosos apartamentos papales para vivir en la residencia Domus Sanctae Marthae y abogó por una Iglesia «pobre y para los pobres».
Un legado de reformas y controversias
Francisco, el primer papa no europeo en 1.300 años, rompió moldes desde el inicio. Su encíclica Laudato Si’ (2015) posicionó a la Iglesia como líder en la lucha contra el cambio climático, mientras que Fratelli Tutti (2020) abogó por la fraternidad universal. Abrió roles a mujeres y personas LGBT+ en la Curia Romana, aunque sin llegar a aprobar bendiciones litúrgicas para uniones del mismo sexo. Criticó el capitalismo desenfrenado, el consumismo y la pena de muerte, que en 2018 declaró «inadmisible» en el Catecismo.
No estuvo exento de polémicas: su manejo de casos de abuso clerical y su relación con figuras como el sacerdote Marko Rupnik generaron críticas. Sin embargo, su visita a la Península Arábiga en 2019, la primera de un papa, y su memoir Hope (2025) reflejan su apuesta por el diálogo interreligioso y la humildad personal.
El adiós y lo que viene
Tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril de 2025, el periodo de luto oficial, conocido como Novendiale, comenzó inmediatamente. El funeral de Francisco se celebrará en la Plaza de San Pedro entre el 24 y el 26 de abril, presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
Siguiendo su deseo de simplicidad, el cuerpo será expuesto en la Basílica de San Pedro a partir del 23 de abril, vestido con vestimentas papales sencillas y colocado en un ataúd de madera. Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, cerca del ícono de la Virgen María, Salus Populi Romani, a la que tenía gran devoción, rompiendo con la tradición de las grutas vaticanas.
El periodo de sede vacante ha iniciado, con el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Romana Iglesia, gestionando los asuntos temporales del Vaticano. El cónclave para elegir al nuevo papa comenzará entre el 6 y el 11 de mayo de 2025, con 138 cardenales menores de 80 años reunidos en la Capilla Sixtina.
Entre los posibles candidatos destacan Pietro Parolin (Italia, moderado, secretario de Estado), Fridolin Ambongo (Congo, conservador, arzobispo de Kinshasa) y Luis Antonio Tagle (Filipinas, progresista, prefecto del Dicasterio para la Evangelización). La elección será influenciada por las tensiones entre facciones progresistas y conservadoras, así como por desafíos globales como la secularización y los conflictos internacionales.
Francisco deja un legado de inclusión, con énfasis en la misericordia, la justicia social y la protección del medio ambiente, pero también una Iglesia católica polarizada por debates sobre el celibato, el rol de las mujeres y los escándalos de abusos. Su pontificado transformó la percepción del papado, acercándolo a los marginados, pero enfrentó resistencias internas. Como expresó en su libro Hope (2024): «No tengo miedo a la muerte, solo pido que me recuerden con una oración.»
El mundo católico, con 1.400 millones de fieles, despide a un líder que marcó una era. Su muerte abre un capítulo de incertidumbre y esperanza para la Iglesia.