Pekín exime del 125% de gravámenes a 131 productos críticos, en un movimiento que genera debate sobre una posible tregua comercial.


26/04/2025
Pekín, China — Por Emiliano Adrián Rodríguez González | El Pulso Online
China flexibilizó aranceles del 125% sobre 131 categorías de productos estadounidenses, como vacunas y motores a reacción, en un movimiento que busca proteger sectores clave como la salud, pero que genera dudas sobre si es una tregua táctica o una necesidad económica en medio de la guerra comercial con EE. UU.
Una decisión pragmática en medio del conflicto
La medida, filtrada por empresas como Johnson & Johnson y Merck, exime a productos esenciales para evitar el desabastecimiento en sectores estratégicos como la salud y la aviación, vitales para la recuperación pospandemia de China. Empresas como Thermo Fisher Scientific enfrentaban pérdidas de $400 millones en ventas debido a los aranceles, lo que evidencia el impacto económico de las tensiones comerciales. La decisión llega en un momento crítico, mientras China solicita a sus empresas identificar importaciones “esenciales” para garantizar el suministro de insumos médicos y tecnológicos.
Tensiones comerciales sin resolver
A pesar de esta flexibilización, el núcleo del conflicto comercial entre China y EE. UU. permanece intacto. El déficit comercial entre ambos países alcanzó los $420.000 millones en 2022, y Washington exige avances en temas como la propiedad intelectual y la reducción de este déficit. Donald Trump ha insistido en un supuesto “progreso” en las negociaciones, pero Pekín niega cualquier diálogo formal y acusa a la administración estadounidense de desinformación. Mientras tanto, China condiciona cualquier avance al levantamiento de sanciones contra empresas como Huawei, una demanda que choca con las exigencias de EE. UU. de un cronograma concreto para compras agrícolas.
Reacciones y proyecciones económicas
Las bolsas asiáticas y europeas reaccionaron con alzas, interpretando la medida como un gesto de distensión, pero analistas advierten que podría ser un espejismo. Sin acuerdos estructurales, los aranceles vigentes seguirán encareciendo productos para los consumidores y frenando la recuperación global. La OMC permanece expectante, pero carece de autoridad para mediar en un conflicto que redefine las relaciones bilaterales y el futuro del comercio multilateral. La flexibilización china parece más una jugada calculada para ganar tiempo que un verdadero acercamiento, especialmente mientras ambas potencias priorizan sus intereses nacionales y el control del relato.
¿Tregua o estrategia de supervivencia?
El movimiento de China refleja un delicado equilibrio entre pragmatismo y estrategia. Por un lado, busca proteger sectores sensibles como la salud, evitando pérdidas económicas significativas para empresas globales y locales. Por otro, evita alimentar la narrativa de “victoria” promovida por Trump, manteniendo una postura firme en las negociaciones. Economistas subrayan que, sin un acuerdo de fondo, la guerra comercial seguirá afectando a ambos países y al comercio global, mientras China y EE. UU. luchan por mantener su hegemonía económica en un escenario de creciente incertidumbre.