La serie argentina El Eternauta lidera el ranking de Netflix con 10,8 millones de visualizaciones, pero genera controversia por el extractivismo cultural.

Ricardo Darín interpreta a Juan Salvo en El Eternauta, la serie argentina que arrasa en Netflix.

15 de mayo de 2025

Buenos Aires, Argentina — El Eternauta, la serie argentina basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld, se convirtió en un fenómeno global al alcanzar el primer puesto en Netflix, pero desató un debate sobre el extractivismo cultural en un contexto de crisis para la cultura local.

Un Éxito Sin Precedentes para la Producción Argentina

En mayo de 2025, El Eternauta se posicionó como la serie más vista en Netflix, acumulando 10,8 millones de visualizaciones y conquistando audiencias en 87 países. La producción, basada en la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld publicada en 1957, narra una invasión alienígena que comienza con una nevada letal en Buenos Aires, combinando ciencia ficción y reflexión filosófica. Protagonizada por Ricardo Darín como Juan Salvo, la serie fue filmada en 35 locaciones reales y 25 escenarios virtuales, demandando 148 días de rodaje y una inversión que aportó 41 mil millones de pesos (unos $34 millones) a la economía local, según datos de la plataforma.

La serie, dirigida por Bruno Stagnaro, ha sido elogiada por su estética postapocalíptica y la actuación de Darín, quien humaniza la lucha por la supervivencia en un contexto de devastación. Este éxito marca un hito para la industria audiovisual argentina, consolidándola como un referente global, especialmente tras el anuncio de una segunda temporada confirmada por Netflix.

Extractivismo Cultural: La Crítica de Cintia García

El éxito de El Eternauta no está exento de controversia. La periodista y académica Cintia García, de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), cuestionó la adaptación de la serie por parte de Netflix, argumentando que representa un caso de extractivismo cultural. García plantea que plataformas globales como Netflix mercantilizan narrativas locales para maximizar rentabilidad, diluyendo su contexto político y social. “No discuto que sea una buena serie, pero aceptarla a libros cerrados es un error. Netflix cuenta nuestra historia, pero ¿a qué costo?”, señaló.

La crítica se centra en decisiones creativas como la inclusión de tecnología moderna y la reconfiguración de Juan Salvo como excombatiente de Malvinas, que algunos ven como una desviación del mensaje original de resistencia colectiva de Oesterheld. Para García, el riesgo es que el relato se convierta en un “western cultural”, donde lo local se exporta como exotismo, perdiendo su esencia crítica frente a la opresión y el colonialismo, temas centrales en la obra original.

Ricardo Darín y la Industria Audiovisual en Crisis

Ricardo Darín, en su rol de Juan Salvo, se ha convertido en un símbolo de la resistencia cultural argentina. Su interpretación ha recibido elogios internacionales, destacándose por su carga emocional y su capacidad para conectar con audiencias globales. Sin embargo, este éxito contrasta con las dificultades que enfrenta el sector audiovisual en Argentina. El Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA) sufrió recortes del 50% en su financiamiento, y el gobierno de Javier Milei ha calificado al cine como una “amenaza” en su batalla cultural, retirando apoyo estatal a producciones locales.

La paradoja es evidente: mientras Netflix inyecta millones en proyectos como El Eternauta, el Estado argentino desmantela instituciones clave. La Escuela Nacional de Cine enfrenta un posible cierre por falta de fondos, y el INCAA no financiará nuevas producciones en 2025, dejando a los realizadores dependientes de plataformas extranjeras para sobrevivir.

El Legado de Oesterheld: Resistencia y Memoria

El Eternauta también ha revivido el interés en Héctor Germán Oesterheld, creador de la historieta, quien fue desaparecido en 1977 por la dictadura militar argentina junto a sus cuatro hijas, dos de las cuales estaban embarazadas al momento de su secuestro. Oesterheld escribió la segunda parte de El Eternauta desde la clandestinidad, utilizando la ciencia ficción como una metáfora para criticar la opresión y el imperialismo. Su obra, que aboga por la resistencia colectiva, se ha convertido en un manifiesto cultural en Argentina.

La serie, al vincular a Juan Salvo con veteranos de Malvinas, evoca este legado de lucha, aunque algunos críticos argumentan que no profundiza lo suficiente en el contexto político de Oesterheld, quien fue un activo militante de los Montoneros y un crítico del autoritarismo.

La Cultura y la Ciencia en la Argentina de Milei: El Sector Privado como Motor de Éxito

A pesar de las políticas de Javier Milei, que redujeron la inversión en ciencia y tecnología al 0,15% del PBI —el nivel más bajo en 50 años— y eliminaron 4.000 empleos científicos, el sector privado demuestra que es posible alcanzar grandes logros sin fondos públicos. El éxito global de El Eternauta, impulsado por la inversión de Netflix que aportó 41 mil millones de pesos a la economía local, refleja cómo la iniciativa privada puede sostener y proyectar la cultura argentina. Aunque el desfinanciamiento del INCAA y otras instituciones culturales plantea desafíos, la industria audiovisual está encontrando formas de innovar y mantener su autenticidad, adaptándose a estándares globales mientras preserva su identidad.

Un Triunfo Ambivalente para la Identidad Argentina

El éxito de El Eternauta en Netflix demuestra que las historias argentinas pueden resonar globalmente, pero también expone las vulnerabilidades de un sector cultural abandonado por el Estado. Como señaló Cintia García, “no es lo mismo hacer bien una serie que contar bien nuestra historia”. El desafío para Argentina es equilibrar su proyección internacional con la preservación de su autenticidad cultural, en un contexto donde la resistencia, tanto en la ficción como en la realidad, se vuelve una necesidad urgente para proteger su identidad.

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