Washington D.C. 05 de junio de 2025La relación entre Elon Musk y Donald Trump, que hace apenas días parecía sólida, colapsó tras una acusación explosiva del magnate sudafricano: afirmó que el presidente estadounidense está mencionado en los archivos del caso Epstein. La disputa pública entre ambos amenaza con tener repercusiones políticas, legales y económicas.
Washington D.C., 05 de junio de 2025
El enfrentamiento entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el multimillonario Elon Musk alcanzó este 5 de junio niveles sin precedentes, con una acusación que podría sacudir a los más altos niveles del poder en Washington. A través de su red social X, Musk aseguró que Trump aparece en los archivos del caso de Jeffrey Epstein y sugirió que esa sería la razón por la cual esos documentos no han sido completamente desclasificados por el gobierno.
«Es hora de soltar la bomba verdaderamente grande: @realDonaldTrump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!», escribió Musk en su cuenta, seguido por un mensaje adicional: «Marquen este post para el futuro. La verdad saldrá a la luz».
El post estalló como una granada en medio de una disputa creciente entre ambos hombres, que comenzó con diferencias sobre el gigantesco plan de gasto del gobierno presentado por Trump. El presidente, quien hasta hace días agradecía públicamente la colaboración de Musk como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), pasó de los elogios a la descalificación personal: “Le pedí que se fuera. ¡Simplemente se volvió loco!”, escribió en Truth Social.
Trump también amenazó con cortar todos los subsidios y contratos federales a las empresas de Musk, lo que tuvo un impacto directo en la bolsa: las acciones de Tesla se desplomaron más de 10% en pocas horas, lo que redujo en más de 17 mil millones de dólares el patrimonio personal del dueño de SpaceX, X y Tesla.
La relación entre Trump y Musk había sido retratada como cercana. El empresario no solo lideraba un organismo clave dentro de la administración, sino que también fue uno de los principales financistas de la campaña presidencial de Trump, con aportes que rondaron los 275 millones de dólares. Además, ambos aparecieron juntos en eventos oficiales e incluso compartieron un paseo en Tesla durante una actividad pública en marzo.
Pero todo se resquebrajó con el proyecto de ley de gasto conocido como la «One Big Beautiful Act», una propuesta que busca consolidar los recortes fiscales de Trump y aumentar el presupuesto para defensa e inmigración, pero que a juicio de Musk, está plagada de «pork», es decir, gastos innecesarios disfrazados en la legislación. En su crítica, el magnate calificó el proyecto como una «abominación repugnante», a lo que Trump respondió con desdén.
«Elon es solo otro de esos que se van de la administración y luego se ponen hostiles. Tiene el ‘síndrome de Trump’. Lo ayudamos, pero ahora que le quitamos la obligación de fabricar vehículos eléctricos, se enfada», dijo Trump.
Musk lo desmintió con contundencia. En X publicó: “Falso, este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en la oscuridad de la noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”.
La acusación de Musk marca un punto de no retorno en la pelea. Jeffrey Epstein, el financista fallecido en 2019 bajo custodia federal y acusado de tráfico sexual de menores, tenía vínculos con figuras del poder, desde Hollywood hasta Washington. Aunque Trump ha negado haber tenido una relación estrecha con Epstein, es sabido que ambos coincidieron en eventos sociales en Florida durante los años 90 y principios de los 2000.
La mención de Trump en los supuestos «archivos Epstein» no ha sido confirmada por fuentes oficiales, pero la frase de Musk apunta a documentos que aún no se han desclasificado por completo. En febrero de este año, la fiscal general Pamela Bondi —quien fue designada por Trump— hizo públicos los primeros documentos del caso, en los que se detallaban abusos a más de 250 menores de edad, pero varias partes sensibles permanecieron ocultas.
Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Justicia se han pronunciado sobre las afirmaciones de Musk. Sin embargo, el contexto político, con las elecciones presidenciales de 2026 en el horizonte, hace que cualquier alusión al escándalo Epstein tenga un enorme peso.
Más allá del escándalo, el enfrentamiento podría tener ramificaciones concretas. Musk era hasta ahora uno de los asesores más influyentes en tecnología e industria dentro del gobierno, además de un aliado estratégico en la narrativa económica de Trump. Su salida y crítica pública representan un duro golpe para la administración.
Por otro lado, el colapso en las acciones de Tesla, una empresa altamente expuesta a regulaciones y subsidios federales, marca un precedente peligroso: la pelea política puede tener efectos inmediatos sobre los mercados financieros. En Europa, las ventas de Tesla ya habían caído 49% en abril, como reacción a la cercanía de Musk con Trump. Ahora, la ruptura expuesta parece no solo definitiva, sino costosa.
En una de sus últimas publicaciones, tras la amenaza de Trump de eliminar sus contratos, amenazó con decomisar su Dragon spacecraft.
Con el Congreso evaluando aún la «One Big Beautiful Act» y con los medios haciendo eco de la acusación más explosiva de Musk hasta la fecha, el panorama político en Washington se vuelve más volátil.
Trump, por su parte, ha querido restar importancia al conflicto: “Estoy muy decepcionado, pero igual hubiéramos ganado Pennsylvania sin él”, dijo ante la prensa, luego de su reunión con el canciller alemán Friedrich Merz. Pero el daño parece estar hecho: su ex aliado ahora lo acusa directamente de estar vinculado al mayor escándalo de tráfico sexual en la historia reciente de Estados Unidos.
